Ensalada fría italiana con sardinas escabechadas

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Categoría:Canapés

comensales

Comensales:4

dificultad

Dificultad:Media

elbaoración

Elaboración:15'

Desde la tradición mediterránea llega esta ensalada fría italiana con sardinas escabechadas, un plato que hará las delicias de todos los públicos. La pasta, gracias a su alto aporte energético, será la mejor base de tu ensalada, que se convertirá en tu plato principal. ¡Pruébalo!

Elaborar una ensalada italiana no podía ser más sencillo. No esperes más y elabora este plato, ideal para tener de reserva en la nevera con la llegada de las altas temperaturas.

Ingredientes

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  • Ensalada - 1 bol de completas ensalada italiana Isabel
  • Sardinas en escabeche - 1 lata de sardinas en escabeche Isabel
  • Alcaparras - 1 bote de alcaparras
  • Huevos - 1 huevo
  • Lechugas - 1 lechuga
  • Mayonesa - 5 cucharadas
  • Sal y pimienta - Al gusto
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Elaboración

  1. Como siempre te decimos, empezaremos por los ingredientes que requieren pasar por el fuero porque será lo más laborioso de la receta. En este caso, el huevo. Pon una cazuela con agua y echa el huevo a hervir durante unos 10 minutos. Pasado este tiempo, dale un toque de agua fría para romper la cocción y que sea más fácil de pelar. Córtalo a la mitad a lo largo. Medio huevo tendrás que cortarlo en rodajas y el otro medio, picarlo muy finito.

  2. Al mismo tiempo, vierte en un bol la Completa Ensalada Italiana, añade el medio huevo picado y remueve. Cuando veas que las dos partes se han integrado a la perfección, es el momento de que incluyas mayonesa a la receta. Sal y pimienta al gusto y vuelta a remover.

  3. Con la base de la ensalada ya en el bol, decora por encima con las rodajas del medio huevo que habíamos reservado, las alcaparras y unas hojas de lechuga. Corona el plato con las sardinas en escabeche. Acuérdate de escurrirlas un poco para que el resto de ingredientes no se empapen demasiado. ¡Ya lo tienes!

Truco

Súper fácil, ¿a que sí? Además, esta ensalada se conserva perfectamente por lo que puedes preparar un buen bol de ella que, aunque no te la acabes, la podrás guardar en la nevera y volver a ella incluso un par de días después.